sábado, 1 de abril de 2017

Barrio de la Soledad

Ayer cuando salí a la calle pude verla vacía ,tan solo el viento hacia bailar las ramas, mientras sus hojas   en forma de alas Intentaban alzar al vuelo ,pero su otoño ya se había tachado,
me di cuenta que siempre o casi siempre
hay una farola que está apagada y se enciende cuando pasas cerca,
en ese momento , por un instante,
vuelves a creer en la magia ,
y al otro instante , en las casualidades
o en la  electricidad estática , no sé,
vi una rata, allí en su alcantarilla,
y yo allí , en aquel banco , me miraba ,
quería coger un trozo de patata mugrienta ,y pensaba que yo se lo impediría ,que era uno de esos humanos,
de esos que lo quieren todo para ellos,
pensé ...¡ qué coño ! Se lo voy a dar...
cuando volví a mirar se lo había llevado,
seguirá pensando que soy el típico humano, quizás lo sea por momentos.    La luz de la luna dibujaba sombras tras las sombras , pasó un señor de gabardina y sombrero con un cigarro, industrial ,me pidió fuego y se lo di ,le pedí un cigarro y me lo dió ,de mala gana ,pero me lo dió , olía a un cóctel de humo y tristeza ,sus ojos descansaban sobre sus enormes ojeras ,se marchó y le di las buenas noches ,él ni eso ,con el cigarro fue suficiente.
Y otra vez yo y la calle, sin pasos ,
sin las prisas de las personas con prisa,
sin la esperanza de las que esperan,
hay noches en que la soledad no está tan sola.
En aquella calle  donde callaba todo menos mis pensamientos , acechaba una niebla que transformaba en mustia la primavera ,una especie de metamorfosis como la de un llanto en una sonrisa ,una niebla de egoísmo que apenas dejaba mirar más allá del final de mi cigarro ,las ramas cesaron su baile ,las hojas se rindieron al vuelo , y la magia de aquella farola se esfumó dejándome tras la sombra de otra sombra de aquella luna , metí las manos frías en  mis bolsillos vacíos y caminé hacia mi alcantarilla , sin más que un trozo de poesía mugrienta , que una rata quizás por "humanidad" dejó que escribiera.
Ahora ya no veo a las ratas tan ratas ,ni a los humanos tan humanos , es lo que tiene contemplar el triste desierto de la soledad.