Que si,
que aún queda esperanza,
en tus ojos vidriosos,
en tus labios caídos
y en tus suspiros ,
que aunque no te lo creas,
será ...
lo que pudo haber sido,
mi niño del alma,
mi niño perdido,
y en la calle se callan las bocas,
mudos corazones vacíos,
y el silencio,
que a veces sombrío,
intentan comprarlo,
mi niño perdido...
con una moneda
que vale lo mismo
que una piedra inerte
empujada al abismo,
con una moneda
que rueda y que rueda,
a la contra del mundo
en contra de la tierra,
que sí,
que aún queda esperanza,
y tus ojos de rabia buscan asilo
en esos labios gritando
lo que nunca dijeron
todos tus suspiros,
lo que un día callaron
todos esos niños
esos niños
perdidos...
y yo, gritaré con vosotros,
mis pobres palabras
vacías de vacío,
llenas de calles
de luces y ruido,
que de tanto perderse...
encontraron su sentido.