Fueron quizás,
tus cabellos de ángel ,
o tus miradas infernales,
los paseos por la vereda
de la inconsciente locura,
fueron tus me apetece,
tus ya no lo quiero,
los que me hicieron quererte.
Fueron los momentos sin relojes,
las tardes sin bostezo,
el frio de un domingo
empañado por la ventana,
o quizás nuestro calor,
del que me enamoré...
o tal vez no fue nada,
y simplemente , fue...
lo tenía que ser.