Le decían la rosa negra,
negra rosa como el carbón,
que al nacer en una cueva,
jamás pudo ver el sol,
lloraba todas las noches,
por no mirar a la luna,
y regaba sus raíces,
con lágrimas de amargura,
sus espinos crecieron altos
y por una grieta al sol salió
hablan que el viento, su amigo ,
todo el polvo le sopló,
ahora roja , brilla hermosa,
bañándose en los rocíos,
y duerme junto a su luna,
recuperando lo perdido...
Recordando el pasado,
sus pétalos se hicieron fuertes,
y sonriendo al presente,
al futuro, regaló su suerte,
después de aquella oscuridad,
ahora vive cada segundo,
contemplando la belleza,
que no valora todo el mundo.
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