martes, 17 de marzo de 2015

Doce horas

Y allí estábamos,tumbados,
su respiración me relajaba,
borraba el cansancio del trabajo,
olvidaba los problemas,
y mientras ella volaba por sus sueños,
yo la abracé y sonreí,
no existía otro momento,
otro lugar,otra persona
donde quisiera estar,
con la que quisiera estar,
y juntos de la mano,
cada uno con sus sueños,
dormimos doce horas ,
vivimos una historia.



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