Desgraciado aquel que no sienta,
el que nunca llore...
de risa
o de pena ,
o de mirar fijamente al cielo,
el que no piense que todos somos hermanos,
fauna y flora,
mar y tierra,
aquel que no haya amado ,
a un abuelo,
o padre,
o madre,
o hermana,
quien no haya abrazado ,
ni besado,
ni agarrado con la mano a otro,
a ese que estaba en el suelo,
para levantarse juntos,
desgraciado el que no sienta,
el que empuje al precipicio...
al del menosprecio,
al de la soledad,
a aquel que mire por encima...
a quien piense que los demás están por debajo...
desgraciado por haber nacido entre desgraciados,
ahora toca cambiar el sentido de la brújula de la humanidad,
ahora toca amar al mundo,
amar a la madre de nuestra existencia,
por que ella ,jamás dejó de amarnos,
es la única deuda que de verdad importa.
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